Tengo más
de un mes como de luto, no sé si todos los que han salido de Venezuela se
sienten como yo en estos momentos, pero así me siento yo particularmente.
Venezuela está sufriendo terriblemente, las causas son muchas y las
consecuencias inimaginables para los que estamos lejos. No había querido opinar
porque me siento sin derecho porque no estoy viviendo lo que mi gente está
viviendo. No estoy allá esquivando barricadas, encerrada en mi casa, oliendo
gases lacrimógenos, haciendo colas para comprar productos de la cesta básica,
preocupada porque mis hijos no llegan o si están metidos en la manifestaciones.
Nosotros
salimos de Venezuela en el año 1995, en el segundo gobierno de Rafael Caldera.
Nuestra decisión estuvo impulsada por nuestra juventud y los deseos de
experimentar un mundo nuevo. No tuvo nada que ver con ningún partido político
ni la inseguridad, aunque los delincuentes siempre han existido pero no con las proporciones y la impunidad de
ahora. No abandoné el país en medio del caos o por ser perseguida. Me permito
escribir estar líneas en nombre de mis papás, hermanos, sobrinos y demás gente
querida que están en Venezuela. Por ellos y por todos los padres que están
sufriendo al ver sus hijos maltratados, heridos y muertos.
Aquí en el
exterior de Venezuela podemos ver todas las noticias, las del oficialismo y las
de la oposición. A través del internet podemos ver como nuestros hermanos se están
matando por defender lo que cada quien cree que es lo correcto. Cuando veo las imágenes
de los GNB golpeando su propio pueblo me pregunto: son realmente venezolanos?
que lleva a un GNB a golpear y matar, a una banda armada arremeter contra el
estudiante Jaime Yespica y patearlo en el suelo, pegarle con palos y tubos tal
como vi en un video de una cámara de seguridad? es necesario utilizar estos métodos
para contener a unos manifestantes que gritan, tiran piedras, bloquean accesos,
queman cauchos y hacen barricadas? Las manifestaciones no son un invento de
ahora, las protestan siempre han existido. También sé que han muerto guardias y
civiles a causa de guarimbas o barricadas. Por eso más de uno vendrá a
preguntarme porque los manifestantes tienen que destrozar, quemar, hacer
barricadas y guarimbear? Yo tengo una respuesta,
cual es la tuya? yo te aseguro que
nuestras respuestas son diferentes. Acaso tenemos por obligación el pensar
igual para entendernos? Yo celebro la
diferencia, y eso es lo que nos hace crecer, cuando en medio de nuestras
diferencias nos podemos manifestar sin estar de acuerdo. Sera posible que no
hayan puntos de encuentro? Acaso no todos los venezolanos están sufriendo la
escasez, la delincuencia, los secuestros, la inflación y pare de contar? Cuando el delicuente se sube al carrito por
puesto pregunta quienes son chavistas para no robarlos? cuando hacen las colas
para comprar leche, aceite, harina pan se hace la cola de acuerdo a la
militancia? cuando secuestran a alguien le preguntan si está con el gobierno?
Yo nací en
el año 1970 y durante los 25 años que viví en Venezuela gobernaron seis
presidentes, mi papá era militante de un partido y mi mamá se inclinaba hacia
otro completamente diferente. Mis vecinos todos eran gente trabajadora que con
su empleo digno sacaba adelante a sus hijos, unos más aventajados que otros económicamente;
unos adecos, otros copeyanos, otros de izquierda; algunos inmigrantes de países
que ya habían vivido la guerra y la dictadura; habían blancos, mulatos y
negritos, pero nunca nuestras
diferencias nos hicieron odiarnos unos a otros.
También crecí
en una iglesia evangélica donde la diversidad era la regla, y aunque no se
hablaba de política en la iglesia, yo estoy segura que nuestras tendencias políticas
eran diferentes. Mis amigos de la escuela dominical venían de hogares muy
humildes así como de familias un poco más acomodadas, pero siempre nos unía una
sola fe, una esperanza y un solo Dios.
Toda mi
primaria y mi secundaria la hice en instituciones públicas, porque mi mamá como
educadora siempre creyó en la educación pública y gratuita en Venezuela (la educación
es gratuita desde el gobierno de Guzmán Blanco). Allí también estudié con
cientos de alumnos que venían de diferentes sectores de la ciudad, todos
diferentes, todos bajo el mismo sistema educativo que nos enseñaba las riquezas
de la diversidad cultural, ideológica y política de nuestro gran país.
Durante
estos seis gobiernos hubo becas alimentarias, becas para estudiar en el
extranjero, créditos para la vivienda. Yo obtuve un crédito para construir mi
casa en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, el gobierno me dió los
materiales, cementos, cabillas, bloques, etc. para que yo construyera mi
casita. Aunque yo tenía un poco más de ventaja económica que los demás, otros
en el mismo sector que no tenían vivienda también recibieron sus créditos y le
construyeron sus casas.
Yo no
defiendo un político, ni un partido, ni ningún presidente, yo defiendo mi
gentilicio. Yo defiendo al venezolano capaz de ser diferente y respetar las
diferencias del otro. Y con esto me refiero a opositores y oficialistas. No
estoy de acuerdo con los calificativos, los estereotipos y los dedos señaladores.
Pero tampoco estoy de acuerdo con defender lo indefendible, con hacer de un líder
como un dios y ponerlo por encima de nuestros puntos en común. No estoy de
acuerdo con los líderes que buscan su propio beneficio y engrandecer su imagen egocéntrica
(y eso va con los dos bandos). El gobierno de Chávez benefició a mucho pueblo
venezolano pero nos ha dividido como ningún gobierno lo había hecho y eso nadie
puede discutírmelo. La oposición ha cometido errores garrafales que han
permitido que lleguemos hasta este punto.
Es posible que el actual gobierno puede tener un discurso coherente, que pueda hablar de paz sin descalificar al opositor? es posible que en la asamblea nacional puedan dejar hablar a los opositores sin amenazarlos y agredirlos? es posible que los líderes opositores pueda unirse y formar un frente sólido sin intereses ocultos? es posible que los opositores en su dolor dejen de menospreciar al oficialista?
1 comentario:
Cada vez que veo las noticias de Venezuela me pongo a pensar que el país no tiene muchas opciones. Elegir entre la oposición y el oficialismo es como elegir si tomar Cicuta o tomar Arsénico.
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